Las vacaciones del 2011, las grandes, las del verano, tenían como objetivo algún país europeo ya que exceptuando alguna incursión de fin de semana a Londres o los días que pasamos en Lisboa y Estambul, Europa aun permanecía virgen para nosotros.

     Sin embargo no queríamos esa Europa de viaje de gran ciudad como Paris, Roma, Praga o Moscú. Para ir haciendo boca que mejor que alguno de esos últimos países en incorporarse al gran tren europeo de la Comunidad Económica, Polonia, que se estaba poniendo de moda y las tres capitales bálticas ex-soviéticas, a saber: Vilnius, Riga y Tallin, Capitales de Lituania, Letonia y Estonia respectivamente.

    Una semana completa dedicada a Polonia, en un circuito que incluía algunas de las ciudades mas importantes, y luego una segunda semana para visitar las capitales bálticas con 2 noches en cada una de ellas (en realidad en Riga fueron 3 noches). No es demasiado tiempo, sobretodo si pensamos que las distancias no eran precisamente cortas y las carreteras no eran precisamente rápidas, pero eso era lo que había. Además el hecho de viajar por carretera daba también la oportunidad de conocer algo mas del país y no solamente las grandes ciudades.

     Aquí pongo los enlaces de las ciudades y visitas que hicimos. Y luego, algunas curiosidades.

Varsovia Cracovia Otras ciudades Otras visitas
    Kazimierz Dolny Auschwitz

Vilnius

Riga

Parnu La mina de Sal de Wieliczka
Tallin Zalipie Parque Nacional de Bialowieza

 

Zamosk El palacio de Rundale
Homenaje Bialystok La colina de las cruces

 

 

    CURIOSIDADES

En la pista, el avión que nos llevo a Varsovia, previa escala en Bélgica.
El moderno espacio para fumadores del aeropuerto de Bruselas.

En este caso patrocinado por Camel (había otros patrocinados por Winston o Marlboro) todos con la misma limpieza y pulcritud, con proyecciones de videos curiosos o de propaganda, no como otros que yo conozco y que ya ni existen.

     El primer día en Varsovia, en una plaza del centro histórico se celebraba un mercado popular. Con panes, quesos, carnes, cervezas y dulces todos tradicionales. Allí almorzamos en largas mesas de madera con acompañantes de varios países. Polonia pintaba bien y sabia mejor.
     El museo Curie, otra polaca celebre. Premio Nobel de Física y luego de Química.
    Varios platos típicos polacos: los Pierogi, especie de empanadillas de pasta rellenas con diversos ingredientes, éstos estaban particularmente ricos, quizás porque estaban fritos en poco aceite y grandes paelleras y no cocidos como los comimos otras ocasiones. Dos versiones distintas de Borscht o sopa de remolacha y el Golonka, codillo de cerdo. Todos exquisitos.
     Una lujosa tienda de ámbar del báltico. Las había en los centros de todas las ciudades.

     Una curiosidad.

     El pan turístico de Kazimierz Dolny, en forma de gallo.
     El típico restaurante de carretera, con comida abundante y contundente y cerveza del país. La foto de abajo es de una cervecería alemana en el centro de Tallin. Típica, con cerveza propia, mesas de madera y "robustas teutonas" de buen ver, trasladando jarras de 3/4 litro de cuatro en cuatro como si tal cosa. El sitio se llama Beer House. Y tiene pagina web. Normal.
     Un cartel en polaco de un ascensor del hotel Artis de Zamosk, haciendo zoom en la foto puede verse lo difícil y complicado que es el idioma polaco, apenas 2 o 3 palabras son reconocibles. Muchas impronunciables. Yo, a la tercera consonante junta que me encontraba ya me perdía.
   Un regalo imprevisto de nuestro guía en Polonia. Un paso del río Moldava en una barcaza rústica y sin motor que aprovecha la confluencia de dos ríos que se unen en uno solo, eso junto a la pericia del barquero hace que la plataforma se desplace de una orilla a otra con la única ayuda de la corriente.
     La fiebre de los candados ya ha llegado a esos lares y está en toda su efervescencia. Nosotros mismos compramos un par de ellos bien grandes por 4 € en una ferretería agrícola de carretera y los colocamos en lugares estratégicos. No se lo digáis a nadie porque en algunos sitios está prohibido.
     El Qubus Hotel, nuestro centro de operaciones de Cracovia, junto a un puente que atraviesa el río y desemboca justo en la antigua  zona judía.
     !Mira que bien!. El Antonio Banderas en un anuncio de un banco en pleno centro de Varsovia.

     Lo de "mala rata" no es por él, quiere decir algo así como cuota pequeña para créditos bancarios.

     Una extraña iglesia ortodoxa por el camino. Dentro no me dejaban hacer fotos. No me dejaban hacer fotos si no pagaba o compraba algún libro.
     Algo inaudito. El domingo en Vilnius había fiesta en la calle. Varios escenarios con actuaciones repartidos en una gran avenida comercial. La foto es de una representación de opera!!! en plena calle. Y era la mas concurrida, de verdad.
     Una de las curiosidades en una iglesia en Vilnius. La muerte en un nicho.
     Entre el campanario y la catedral de Vilnius se encuentra esta baldosa con la inscripción «Stebuklas», que quiere decir "milagro". Fue el punto final de la cadena humana de mas de dos millones de personas de tres países que, el 23 de Agosto de 1989, se unieron para proclamar sus deseos de libertad y de desatarse del yugo soviético. La leyenda dice que hay que situarse encima, cerrar los ojos, pedir un deseo y dar tres vueltas en el sentido de las agujas del reloj. Muchos no lo hicieron. Yo sí.
 
     Mira que adelantados, ya venden drogas en los centros comerciales. Europeos, europeos.
     Frente a la catedral de Riga. La mujer de las palomas.
     Un WC publico de monedas, a veces se echaba de menos.
     Un coqueta estatua de los músicos de Bremen en una pequeña plaza de Riga. Se ve claro como los hocicos están relucientes de los roces con las manos de los turistas. Otra tradición.

    Dos bares curiosos en Riga. Sobran palabras.

   

     Un homenaje a los caídos letones.

 
     Un concierto callejero con un video del mismo (quizás tengas que activar los controles Active-X) y el que dicen fue el sitio donde se coloco el primer árbol de navidad del mundo.
     En algunas calles del centro de Riga la vigilancia es máxima, sobretodo en las embajadas.

     En Tallin abundan los puestos callejeros medievales como éste que fotografiamos aprovechando que estaba vacío.

     La llamada "habitación del diablo" de un edificio de Tallin. Donde el diablo celebro su boda macabra que el mayordomo de la casa interrumpió muriendo al instante.

     Otra curiosidad de una calle de Tallin.

Cartel de aviso de robos de un parque de Tallin.
     Un homenaje al chofer que durante una semana nos aguantó. Era majete el tío y no tenia ni idea de español.