YANGON

     El vuelo desde Madrid no se hizo demasiado pesado. Al volar con la compañía Qatar la escala intermedia la hicimos en Doha, casi a medio camino por lo que tomamos dos vuelos de 6 y 7 horas con un intermedio de casi 3 horas en la nueva zona de tránsito del aeropuerto qatarí. Recordé que el año anterior también pasamos por ese área (me sonaba la zona de fumadores) solo que entonces no eran mas que inmensas salas vacías y ahora estaban llenas de comercios de electrónica, perfumes, licores y algún restaurante. Además tenía una plaza en el centro con coches y motos de exposición.

     No recuerdo el tipo de avion pero debia ser muy nuevo porque tenia 2 curiosidades inusuales: Los cristales de las ventanitas se oscurecian con un boton, no tenia persiana para tapar la ventana y el WC del avion tenía ventana, cosa que no habia visto nunca.

      Curiosamente, mientras hacíamos tiempo fumando, vimos las noticias de un terremoto en Myanmar que había afectado a algunos templos de Bagan. Aun no habiamos pisado el país y ya la cosa empezaba a torcerse. Unos días mas tarde comprobaríamos los estragos del seísmo y el cierre de algunos templos.

     Llegamos a Yangon sobre las 7 de la mañana. Después de recoger las maletas cambiamos algo de dinero, solo un poco para tener billetes birmanos para las primeras compras o comidas. El cambio fue de 1 € = 1300 Kyats, no mucho peor que el mejor que encontramos que fue de 1350 K. en uno de los aeropuertos domésticos.

     Sandar nos esperaba a la salida (la localizamos de inmediato) y luego de las oportunas presentaciones comenzamos un pequeño tour por la ciudad. Nuestro conductor se llamaba Win y el coche era un Toyota de 9 plazas sin los asientos traseros para dejar sitio suficiente a las maletas, fue el vehiculo que utilizamos durante todo el tour los dia siguientes.

      El día amaneció brumoso y en algunos momentos incluso cayeron algunas gotas. Las primeras horas, desde luego no fueron especialmente propicias para las fotografías.

      Hasta 3 veces estuvimos en Yangon. A la entrada del país, cuando volvimos de la mini excursión por el norte y otro día mas al final cuando salíamos de Myanmar.

       La primera parada fue en la pagoda Sule, paseamos primero por un parque adyacente con el monumento dedicado a la independencia, un enorme obelisco que vimos de lejos. A esa hora ya había mucha gente paseando por la plaza y sentados al borde de los jardines en animada conversación o móvil en mano con la cabeza gacha. Me llamó la atención una esquina con varios grifos de agua potable y tazas de laton a disposicion de todo el que quisiera, luego comprobé que se repetia en otros sitios centricos de esta y otras ciudades.

 A un costado de la plaza algunos edificios bonitos como el palacio de Justicia, una iglesia baptista y alguna embajada y en la cabecera de la plaza, formando una rotonda enorme, la pagoda Sule, toda dorada con las tipicas entradas adornadas con filigranas. Preside una avenida entre las calles 32 y 33. No pudimos visitarla porque aun estaba cerrada.
         Yangon podria ser como las grandes metropolis del sureste asiatico pero tiene una caracteristica que la diferencia: no hay motos. No se el verdadero motivo pero una leyenda urbana comenta que fueron prohibidas porque un día una moto atropelló a un militar de alta graduación. Viendo las peculiaridades de este país puede ser que así sucediera.

     Continuamos callejeando en dirección al barrio chino curioseando entre los puestos callejeros. A esa hora abundaban los tenderetes de panes y dulces como este de abajo con diversos productos azucarados.

     Los edificios en esta zona ya no eran ni mucho menos bonitos, fachadas desiguales y sucias repletas de antenas parabólicas.

     Abandonamos esas calles en dirección al primer buda reclinado que veríamos. Se trata de la pagoda de Chauk-htat-kyi (transcribo el nombre desde la guía proporcionada por la agencia pero puede que contenga alguna errata, estos nombrecitos birmanos se las traen), un colosal y precioso buda en posición de reposo imbuido en un edificio hecho a propósito para el.

     La estatua ocupa el centro del lugar, envuelta en ropajes dorados con bordes terminados en una filigrana de cristalitos que, a la luz de los focos, despedían un brillo plateado que iluminaba la estancia. Saqué fotos desde todos los ángulos posibles.

     Sus pies estaban labrados con inscripciones cuyo significado se revelaba en un panel cercano.
     Por toda la sala se diseminaban campanas y otras estatuas de buda y algunos monjes que fueron figuras importantes a lo largo del tiempo así como cuadros con escenas de la vida de Buda y sus enseñanzas. Nuestra guía Sandar nos explicaba todo con esmero pero o bien se me han olvidado sus relatos o no estuve demasiado pendiente tirando fotos de todo.
     Después de visitar el templo tocaba ir a la oficina de Onestop a confirmar el pago y firmar el contrato del viaje FOTO. No creo que fuera la sede principal de la empresa. Aquello era una habitación minúscula en una tercera planta de uno de esos feos edificios con no menos de 15 ordenadores en pupitres pequeños y con chicos y chicas al frente que bien pudieran ser mis hijos (o mis nietos). Allí conocí a Zaw, en persona, con el que había intercambiado tantos emails tiempo atrás. Tendría veintipocos años. Hicimos las presentaciones y bienvenidas y luego de esperar un par de minutos (el tiempo en cargarse la pagina) para ver la cotización dólar-euro del día, abonamos el total del viaje en billetes nuevecitos. Ya fuimos advertidos de que solo aceptarían Euros  en billetes inmaculados (tanto para abonar el viaje como sobretodo para cambiarlos por Kyats, la moneda birmana) lo que yo no imaginaba era la odisea que supone, al menos en mi banco, el conseguir billetes nuevos. Cuando los solicité no paraban de ponerme trabas diciendo que ellos no podían solicitar billetes grandes nuevos, que los que recibían podían ser nuevos o no pero que serian sin ninguna mancha visible y sin escrituras por encima. Tuve que visitar varias oficinas y desechar algunos billetes por tener dobleces demasiado evidentes. No digo el nombre del banco porque no se merecen ni siquiera mala publicidad.
     Después de este súbito adelgazamiento de nuestros bolsillos era normal que nos entrara hambre de modo que Sandar nos llevo a almorzar a un restaurante cercano. Fue la primera comida en Myanmar y de las pocas comidas de la que no conservo factura pero mirando algunas fotos he descubierto que se trata del Restaurante Padonmar, bien valorado en Tripadvisor pero turístico a mas no poder y mas bien caro. Creo recordar que pagamos sobre 90 € los cuatro (una enormidad para Myanmar) aunque hay que reconocer que pedimos demasiados platos y bastantes cervezas. No tardamos en advertirle a Sandar que no queríamos esos restaurantes turísticos sino otros mas tradicionales o populares.
Fuimos luego al hotel para dejar las maletas y descansar un poco porque esa tarde noche la teníamos entera para la gran pagoda Swedagon.

El hotel elegido en Yangon fue el Sule Shangri-la. Una torre en la avenida frente a la pagoda Sule muy cerca del mercado Scott y de los barrios indio y chino. Ignoro el precio de la habitación porque estaba dentro del paquete completo pero no debe ser barato. La habitación muy cómoda y funcional con un colchón no demasiado duro, cafetera, caja fuerte y wifi aunque débil. La mía daba a un lateral pero la de la otra pareja tenía una visión magnifica de la pagoda. Creo recordar que las 3 noches, aunque separadas, estuvimos en la misma habitación.

     La gran pagoda Swedagon es enorme, además de la estupa central inmensa, tiene muchas otras estupas laterales y varios templos diseminados de arquitectura variada. No solo es un sitio de rezo y contemplación, durante el tiempo que estuvimos allí vimos una procesión de fieles, una sesión fotográfica a unos novios, gente cenando en un comedor improvisado y algunos actos ceremoniales especiales con velas, incienso o agua. Todo para mejor gloria de Buda. Aquí expongo una buena serie de fotos durante el recorrido circular alrededor de la estupa. Y una composicion en video con algunas escenas mezcladas.
Video Pagoda

      Cuando oscurece, la pagoda se ilumina y los dorados se acentúan, el humo y los olores inunda entonces el ambiente y la espiritualidad del lugar se hace mas evidente.
       Tras casi 4 horas de recorrido, abandonamos el recinto bajando por los ascensores de la entrada, dando por finalizada la jornada de visitas turísticas de nuestro primer día en Myanmar. Un día completo y agotador.
     Sandar nos aconsejo para cenar una calle con muchos restaurantes y ambiente turístico en pleno barrio chino. Justo la calle 19, cerrada al trafico y colmada de puestos callejeros de comida y baratijas, con mesas en la calle y barbacoas de pescados y mariscos. allí cenamos las tres noches que pasamos en Yangon. Aquí debajo pongo un par de facturas de esas cenas. Dos cenas para cuatro una por unos 20 € y otra por 32 € con cervezas a menos de un euro.
La mañana siguiente comenzaba el periplo por el sur del país pero como me desperté temprano me aventuré a salir a dar un paseo por los alrededores del hotel.

     Al amanecer, la pagoda Sule brillaba en todo su esplendor, los puestos comenzaban a abrir y de la plaza partían pequeños autobuses vociferando su destino para los despistados. Camine en dirección contraria hasta toparme con la estación central de trenes y junto a ella el que fue en su día el estadio nacional aunque ahora estaba cerrado.

     No volvimos a Yangon hasta 4 días después, el 29 de agosto por la tarde. La guía nos llevó a dar un paseo por el lago Kandawgyi. La zona debía ser un poco apartada porque abundaban por allí muchos coches con cristales tintados (y algunos con cristales sin tintar pero con camisetas y otros trapos tapando las ventanas) con parejas en su interior dedicándose a sus menesteres. Desde allí, sin embargo, se tenia una vista magnifica del Karaweik Palace un edificio simulando un barco real en el centro del lago convertido ahora es un restaurante de moda.
     Aun avanzamos mas para llegar a un mirador acuático privilegiado con la pagoda Shwedagon en todo su esplendor.

     Volvimos después al hotel a descansar un poco de la paliza de coche (habían sido varias horas desde Mawlamyine) y poco mas tarde salimos de nuevo para el barrio chino aunque antes de eso subimos a la torre Sakura que se levanta justo frente al hotel. En su ultima planta hay un bar-discoteca donde nos tomamos un gin-tonic con vistas, a 5000 Kyats cada bebida por ser happy hour. Lamentablemente tuve que hacer fotos con el móvil porque las cámaras se quedaron en el hotel.

     Ya en el barrio chino volvimos a cenar brochetitas de carne, calamares y gambas hechas al momento en uno de los restaurantes con mesas al aire libre en la calle 19. Todo regado con algunas cervezas Myanmar y otra marca llamada Black Shield, una cerveza oscura muy rica.

      Mientras nos servían me entretuve llenando globos que llevaba para los niños aunque estos no estaban especialmente interesados en ellos.  En una ocasión vimos como un pequeño tiraba al suelo un muslo de pollo que un turista le regaló. Mas bien querían money.

El 7 de Septiembre era nuestro último día completo en Myanmar. Volvimos del lago Inle en uno de los vuelos de la mañana y comoquiera que todos fueron muy puntuales aun no eran las 12 cuando ya estábamos en la pagoda Botataung.

A diferencia de las demás que habiamos visto esta pagoda no es maciza. Al parecer tras ser destruida por un bombardeo se construyó hueca y su interior es un laberinto de pasillos dorados en zig zag cuyo centro es una urna con algunas reliquias de Buda.

El complejo se completa con otras estancias con algún buda exageradamente adornado e incluso con un pequeño estanque repleto de tortugas.

Si quieren saber mas de esta pagoda no dejen de visitar el impresionante diario de Emerald aqui. Y en esta otra pagina del mismo diario, información de la gran Shwedagon.

     Almorzamos en un restaurante camino del hotel donde probamos el pato laqueado servido troceado en un par de bandejas, junto con otras raciones de pollo y cerdo con los consabidos cuencos de arroz. Y cerveza, claro. Todo por 35000 Ks. unos 26 €, como se refleja en la factura que conservo (el nombre del restaurante también viene por si les interesa saberlo). De la factura también llama la atención esos pequeños sellitos pegados. No estoy seguro pero creo que reflejan una especie de impuesto de las bebidas alcohólicas.

     Después del almuerzo Sandar nos llevó al hotel y nos despedimos de ella hasta el día siguiente. Sabiendo que el mercado Scott estaba muy cerca, pasaríamos la tarde con las ultimas compras y dando un paseo hasta la cena, de nuevo en el barrio chino. Curioseamos por el mercado sin intención de comprar nada, quizás solo unas pulseras y algunos imanes para ampliar la colección, también nos tomamos un café en uno de los puestos de la zona de comestibles, en una de las alas del recinto.

     Luego fuimos callejeando en dirección al barrio chino preguntando en cada tienda el precio del tabaco. 700, 600, 550 y por fin 500 Ks. el paquete de Winston en una tienda china, casi 40 céntimos por un paquete de tabaco que en España cuesta 5 €. Compramos 4 cartones.

     Siendo el ultima día completo en Myanmar lo ideal era despedirnos con un masaje birmano pero comprobamos que esto no es Bangkok y solo vimos un sitio donde se anunciaban, en plena calle 19. Un masaje integral de una hora por casi 4 €. ¿quien puede resistirse?. Despues del masaje volvimos a cenar brochetas de carne y marisco con cervezas. Muestro un video con los puestos chinos.

 

video Yangon

       La vuelta al hotel fue triunfal. En unos triciclos taxis que aunque salían mas caros que el taxi eran mucho mas divertidos. Llegar con ese paisano sudando a toda mecha por la puerta del hotel donde aparcaban toda clase de automóviles lujosos y ver la cara que ponían los vigilantes no tiene precio.