MAWLAMYINE

La primera visita fue al monasterio U Nar Auk. Cuando llegamos parecía cerrado y no había nadie pero Sandar entró y hablo con algún monje del lugar antes de pasar nosotros.

Con varios edificios con techos escalonados bellamente adornados por dentro y por fuera.

Los relieves de madera de su interior explican leyendas birmanas antiguas y, como no, escenas de la vida de Buda.

A la salida coincidimos con unas mujeres del país y me sorprendió que una de ellas, sumamente excitada se dirigió a nosotros con una sonrisa de satisfacción. Curiosamente era ella la que quería fotografiarse con nosotros. Venían del campo a ver el monasterio y parecía que había visto a una estrella de Rock, gritando y abrazándonos. Sandar se esforzaba en traducir sus palabras llenas de agradecimiento hacia nosotros. Una curiosa situación que no me ha pasado en ningún sitio.

     Como ya era hora de comer pedimos a Sandar que nos llevara a un sitio no turístico y bien que lo hizo. Nos llevó a un local donde una paisana situada detrás de una docena de ollas grandes te servía un poco de lo que le ibas diciendo. Allí había de todo, huevas de pescado, muslos de pollo, huevos duros, vegetales hervidos, albóndigas de pescado, etc... Nos sentamos los cuatro en una gran mesa que rápidamente se lleno de platitos con nuestros pedidos, un plato de arroz para cada uno y varias salsas casi todas picantes. No pagamos mas de 12 euros y mas de la mitad era por las cervezas y salimos hartos.

     La visita siguiente era el gran buda reclinado Win Sein Taw Ya pero antes paramos en esta curiosa fila de monjes que se extiende desde la carretera hasta la entrada al templo donde nos hicimos fotos cachondas.

     El susodicho buda es el mas grande de Birmania y quizás del mundo y se puede visitar por dentro aunque no entramos.

      Como a esta gente no les pareció bastante con un buda comenzaron a construir otro frente a él pero al parecer se acabó la financiación y allí está, abandonado desde hace 2 años.

    En medio de ambos se encuentra una especie de parque acuático rudimentario que se encontraba lleno de niños disfrutando. Como tenia tiempo monté un pequeño video time-lapse en una esquina de la entrada.

video Mawlamyine

     No fue una visita muy larga porque aun no eran las cuatro de la tarde cuando llegamos a la entrada del siguiente templo: la Kyaik Mayaw Paya donde encontramos el único buda sentado que vimos en todo Myanmar, pero sentado, sentado, o sea con las rodillas juntas como las estatuas egipcias (el escriba sentado) y no con las piernas entrecruzadas porque de esos hay miles. Compramos una miniatura de este buda para una amiga de mi mujer, seguro que este no lo tenía.

      Este buda parece ser muy venerado por las mujeres y hasta Sandar mostró mucho interés en visitarlo y rendirle plegarias.

 

     También contemplamos una de las escenas mas extrañas del viaje:  De un lado del templo comencé a escuchar una música rara y mucho alboroto. Cuando me acerque se celebraba allí una especie de danza de varias mujeres al son de lo que tocaban varios músicos con instrumentos extraños mientras otra mujer y un hombre vociferaban algo al micrófono. El video no tiene desperdicio. Las mujeres parecían entrar en trance bajo los sonidos de la música rara y los gritos de los "cantantes".

     Para reponernos de la borrachera de tanto buda pedimos a Sandar que nos buscara una cafetería occidental, esto es, con café, café, leche y bollería o dulces.

     No abundan precisamente esos establecimientos en Myanmar pero después de varias vueltas y preguntas dimos con un sitio ideal donde pudimos degustar una merienda en condiciones. Nos la sirvió una chica birmana con el pelo exageradamente largo y no se libró de la foto.

     Aun había tarde suficiente para visitar la pagoda Uzina.

      Situada en la cima de un monte y flanqueada por dos dragones-tigre no tiene nada especial si no fuera por la cantidad de gatos que aloja. No tiene nada que ver con el monasterio de los gatos saltarines, pero en esta pagoda los felinos de todos los colores campan a sus anchas por todos lados, muy acostumbrados al publico y jugando con cualquier cosa que despierte su interés.

     Desde arriba las vistas son espectaculares.

     Pusimos el final del día en otra zona aun mas alta desde donde se tenia una perspectiva del río y del atardecer.
     Al final, al ocaso no fue todo lo bueno que debiera. Demasiadas nubes negras no dejaron ver los colores de la puesta de sol y además tuvimos que salir apresuradamente por un problema digestivo de mi mujer (su primera visita al WC del viaje).
     Después de eso fuimos al hotel a adecentarnos. Se trataba del Attran, un poco cutre, situado al lado del río y sin nada que destacar.

     Sandar nos había indicado algunos restaurantes en la ribera del río y nos dijo que estaría la zona muy animada pero debimos ir tarde (allí tarde para cenar son las 8:45) porque no vimos nada de ambiente y solo un par de restaurantes a punto de cerrar y las calles oscuras como boca de lobo.

     Al final encontramos uno abierto llamado Myoma justo al lado del agua y cenamos en una terraza algunos platos medio chinos. Ahí tienen la factura. 24.500 Kyats, menos de 20 € los cuatro.

     Al día siguiente desandamos el camino hasta Yangon. Fue casi todo el día de ruta parando solo a almorzar en un restaurante de carretera donde grabé el siguiente video.

     Después de almorzar se nos ocurrió comprar un durian en un puesto de fruta justo al lado del restaurante. El paisano nos lo peló allí mismo dándonos solo la carne en una bolsa de plástico. Probamos un poco y como sobraba mucho, lo guardamos y continuamos viaje.

     Al cuarto de hora tuvimos que parar para regalarlo a unos chicos que pasaban por la carretera. Medio kilo de carne de durian, en una bolsa de plástico, en una nevera pequeña, y el olor era insoportable dentro del coche. Así de jodida es esta fruta.

video comida