Visitar algún país del África subsahariana era una pequeña espinita que tenia clavada desde hacia tiempo. Me atraían, no solamente los animales, si no los interminables paisajes que muchas veces había visto en películas y documentales.

     De modo que casi volviendo de Vietnam y Camboya comencé a documentarme con las maravillas del continente africano.

     Primero fue Sudáfrica y me llamo la atención no solo las reservas de animales sino también su cultura, su historia reciente y las posibilidades añadidas de las excursiones acuáticas con avistamiento de ballenas y tiburones. Sin embargo los recorridos de los safaris me parecieron un tanto artificiales, con la sensación de estar un poco como en un gran zoológico controlado. Por eso dirigí mi mirada hacia Kenia.

     Si existe algo inconfundible que había visto docenas de veces en los documentales son las enormes praderas llenas de ñus, los animales atravesando el río acosados por enormes cocodrilos y la estampa inconfundible de los grandes elefantes amarillentos con el Kilimanjaro al fondo. Todo eso me lo daba Kenia. Además, encontré un plan de vuelo asequible con la compañía Turkish Airlines con paradas en Estambul a la ida y a la vuelta.

     Los vuelos, pues, ya estaban controlados. Quedaba entonces el meollo de la cuestión. Decidir los parques y reservas que visitar, elegir agencia y recorrido para casi dos semanas.

    De modo que a recopilar información de hasta una decena de agencias, con sus folletos, recorridos, alojamientos y precios.

    Había programas con recorridos en grandes camiones, durmiendo en tiendas montadas en las reservas según avanzamos (desechada porque no estamos para estos trotes) y los clásicos viajes por etapas pernoctando en hoteles en las poblaciones, en seudo campamentos con tiendas montadas en sitios estratégicos o en "Lodges", auténticos campamentos establecidos con cabañas de cemento o madera y con todas las comodidades posibles.

    Y todos caros, Kenia y en general este tipo de viajes en África es caro, muy caro, el mas caro de los viajes que hice hasta ahora. Las entradas a los parques y reservas son caras, los alojamientos son caros aunque incluyen comida y transporte.

     Al final elegimos la compañía Tabia, una de las mas nombradas en el foro de los viajeros, con opiniones dispares pero con bastante experiencia en safaris.

     Después de un mes de informarme tenia claro los parques a visitar: Amboseli con sus elefantes y su gran montaña de fondo, Masai Mara, por supuesto, y un pequeño parque con animales exclusivos que podría merecer la pena, Samburu.  Tres vértices de un gran triangulo con Nairobi en el centro. El problema son las enormes distancias entre ellos y se me ocurrió disponer de paradas intermedias de un día en otros parques menores para hacer mas llevadero el recorrido. Sabiendo lo que sé ahora eso fue un error, pero no nos adelantemos.

     De modo que el viaje quedó prefijado como sigue: Llegaríamos a Nairobi a primera hora de la mañana y directamente nos dirigiríamos a Amboseli para pasar 2 noches en el Amboseli Serena Lodge. Luego subiríamos hasta Aberdares para pasar una noche en The Ark lodge continuando al día siguiente hasta la reserva de Samburu con 2 noches en el Samburu Sopa Lodge. Luego bajaríamos hasta el parque del lago Nakuru pernoctando una noche en el Flamingo Hill, para seguir hasta Masai Mara con 3 noches en Enkerende Camp. Y al final volver a Nairobi para dormir una noche y regresar a España al día siguiente. (luego hubo un cambio en el programa al adelantarnos la vuelta algunas horas, no dormiríamos en Nairobi ya que el vuelo salió a las 2 de la madrugada, aun así mantuvimos el hotel (se trataba del Boma Inn) para poder asearnos y descansar un poco). Mas abajo están los enlaces a las distintas etapas.

     Además se me ocurrió algo para esta ocasión especial. Mandé correos electrónicos a distintas grandes tiendas deportivas con franquicias en toda España solicitando material deportivo (balones, exactamente) y camisetas de niño para ir repartiéndolas durante el viaje. Dos de ellas se desmarcaron diciendo que no se dedicaban a ese tipo de labor. La franquicia Decatlón me citó para una entrevista pero un par de días después recibí un correo de El Corte Inglés anunciándome que me esperaba un paquete en su gran tienda mas cercana a mi casa. Nada menos que una docena de balones de fútbol y casi una veintena de camisetas a las que tuve que hacer hueco en mi maleta (también repartí con otro matrimonio de amigos nuestros que hicieron el viaje con nosotros). Con esa perspectiva decliné la entrevista con Decatlón ya que no tenia sitio material para llevar nada mas.

 

AMBOSELI

 

ABERDARES

 

SAMBURU

 

NAKURU

 

MASAI MARA

 

EN EL CAMINO

 

  NAIROBI